Los pastoreños volvieron a escribir ayer un una nueva página en su dorado libro de la historia. Se cumplen 225 años desde que la hermandad iniciara el culto a la Divina Pastora de las Almas, gracias al impulso dado por el beato Diego José de Cádiz, a quien también se la ha recordado a lo largo del año. La anual procesión del 15 de agosto revistió connotaciones especiales con motivo de esta importante efeméride para la hermandad, que la llevó después de 38 años, no lo hacía desde la fiesta del Corpus de 1969, hasta la misma puerta de la iglesia Mayor, donde la esperaban con sus banderas las hermandades del primer templo parroquial.
Fueron miles las personas que disfrutaron de la presencia de la Divina Pastora de las Almas Coronada en las calles isleña en una jornada espléndida de sol que contribuyó a vivir la noche en la calle.
La procesión salió a las siete y media de la tarde con el sol apuntando a la iglesia de la Pastora, que nuevamente cuenta con el azulejo de la Inmaculada Concepción en su fachada lateral, tras haber sido dañado el anterior por jóvenes que lanzaron piedras al mismo. Original de Alfonso Berraquero, el azulejo cuenta con algunas novedades sobre el anterior, aunque sigue la línea de óleos azules. El hermano mayor de la Misericordia, Joaquín Braojos Ruiz, fue el encargado de dar los primeros toques de llamador al paso de la Pastora, en una invitación de la hermandad pastoreña, al cumplirse este año el cincuentenario de la hermandad de la Misericordia, con sede en la misma parroquia, de la que es titular la Pastora isleña. A partir de ahí, la cuadrilla de hermanos costaleros inició el camino que le llevó a un recorrido extraordinario, hasta las mismas puertas de la iglesia Mayor, que ya se encontraba engalanada desde la víspera con colgaduras en la fachada del primer templo parroquial en tonos azules y blancos, reposteros en balcones de la plaza y cuatro banderas en la plaza de la iglesia, con los colores concepcionistas, franciscanos y con el blanco del pendón de San Fernando.
El Ayuntamiento no dio permiso para la gran traca de cohetes que quería marcar la presencia de la Pastora ante el primer templo parroquial, impidiendo el ambiente festivo que suele caracterizar a una hermandad de gloria, a pesar de contar con todos los requisitos legales para ello.
La Esclavitud de San José no estuvo al margen de este acontecimiento extraordinario y realizó una ofrenda a la Divina Pastora de las Almas ante la iglesia Mayor. La escena pudo ser contemplada por ancianos e impedidos que disfrutaron de las sillas colocadas por la hermandad en la plaza de la Iglesia.
Tarde de estrenos La hermandad lució ayer varios estrenos que vienen a sumarse a los del año pasado en el plano de la orfebrería. Acabado ya todo el conjunto del paso, la hermandad estrenó el año pasado dos bellos faroles de escolta del simpecado simulando la hornacina de la Pastora. Ayer la hermandad hizo gala de un libro de reglas en plata y marfil, así como el remate del asta del simpecado, que contiene una reliquia del beato Diego de Cádiz, todo realizado por el taller de los Hermanos Delgado López, en Sevilla, autores también de la corona de oro de la Pastora isleña, confeccionada para la coronación canónica del 1 de noviembre de 2004 en la plaza de la Pastora. Además, la Divina Pastora de las Almas lució una nueva saya bordada, réplica de una antigua de la Virgen que se encuentra en mal estado y que ha sido confeccionada por Dolores González Fuentes, habiendo sido donada el pasado 4 de agosto por Manuela Sánchez Ferrero y familia. Además, la Divina Pastora lució el fajín del almirante de la Carraca, Juan Francisco Serón Martínez, en un gesto que viene a reforzar la vinculación de la hermandad con los obreros carraqueños que construyeron la iglesia de la Pastora a semejanza de la iglesia del Rosario del Arsenal de la Carraca.
La música también constituyó otra novedad importante, ya que después de varios años con la banda de la Cruz Roja, fue la banda Maestro Enrique Montero de Chiclana la que acompañó el paso de la Divina Pastora de las Almas, abriendo carrera la agrupación musical de la Humildad y Paciencia, que la noche antes había ofrecido un concierto en la misma plaza de la Pastora. La hermandad vivió, por tanto, una jornada especial con su paso ante la iglesia Mayor, aunque especialmente bello resultó también la subida de la calle González Hontoria, algo que fue destacado por el público que veía la procesión.
Ya en el convento de las Capuchinas se rezó la estación menor en compañía de las hermandades del Prendimiento y del Rosario.
La efeméride del 225 aniversario llevó ayer a la Pastora isleña a recorrer calles que por lo general no forman parte de su itinerario. La hermandad ya se ha visto obligada a cambiar parte de su recorrido en años anteriores como consecuencia de obras en la calle Murillo o andamiajes. La de ayer fue una ocasión extraordinaria, aunque no son pocos los que se muestran partidarios de que la hermandad realice en el futuro el mismo itinerario, que fue del gusto del público que llenaba las aceras. Especialmente bello fue el paso ante la iglesia Mayor y la salida por la calle La Herrán, aunque la calle González Hontoria adelantó ese mágico momento en el que la Divina Pastora de las Almas Coronada baja la calle Ancha. Todo el itinerario de la procesión, y especialmente el barrio, se engalanó para la ocasión, llamando así también la curiosidad de cuantos estos días visitan la ciudad. La procesión recorrió la plaza de la Pastora, Marconi, Santo Domingo, Beato Cardenal Spínola, Murillo, La Herrán, Real, Plaza de la Iglesia, Rosario, González Hontoria, Antonio López, Constructora Naval, Colón, Churruca, Ancha, Manuel Roldán, Santa Teresa de Jesús, San Miguel, Doctor Francisco Cobos, Bonifaz, Marqués de la Victoria, Hernán Cortés, Santa Rosalía y plaza de la Pastora, donde tenía prevista su recogida en torno a la una y media de la madrugada. Fue por tanto una jornada especial para todos los pastoreños y para el pueblo isleño
Fuente: San Fernando Información
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