FUNDAMENTOS DE DERECHO.
Corría el año 1681, y según nos cuenta Raimundo de Lantery, mercader Saboyano afincado en nuestra Ciudad, en sus memorias un día publicara el erudito Gaditano Álvaro Picardo O´Leary, a lo largo del mes de julio una violenta epidemia de peste iba acabando con la población Gaditana, y en pocas palabras lo estaba diezmando. Tan grave era el peligro que la ciudad ya había sufrido a lo largo de su existencia a partir de la etapa renacentista, una serie de epidemias, y estas llegadas a la ciudad de la misma manera 1que había llegado la fortuna y la riqueza , es decir por la mar.
Pues bien, tan grave era esta vez la epidemia de peste, que tanto los Regidores como el propio Cabildo Municipal, pidieron a los Gaditanos impetraran al Altísimo el favor divino para parar el mal, la ciudad una vez mas acudió a su valedor Nuestro Padre Jesús Nazareno y he aquí siguiendo la relación del comerciante Saboyano-que tantas fueron las súplicas hechas al divino Nazareno, que en la noche del 21 al 22 de julio de ese mismo año de 1681, una religiosa del convento de la Pura y Limpia Concepción, Sor Isabel Garrido, estando como a la medianoche en la reja que cae hacia la capilla del Nazareno, en oración, vio con sus ojos como nuestro Padre Jesús Bajaba de su Camarín acompañado de la Magdalena, y mas tarde de esa misma noche, Felipe Acosta, el viejo, salinero de oficio, también lo pudo contemplar desde una ventana de su casa que cae a la calle de la Compañía, y desde allí siguió el Señor su camino, hasta llegar a las salas del hospital de Rey, a través de las cuales se paseó entre medio de los enfermos que lo pudieron contemplar acompañado de María Magdalena, y desde ese punto y hora la peste comenzó a remitir, desapareciendo totalmente al siguiente día de contagio, pidiendo constara fehaciente, el haber sido un milagro de Ntro. Padre Jesús Nazareno y la Santa Magdalena.
De este hecho se hicieron súplicas por parte de la ciudad al Obispo e igualmente se votó que se llevase la Imagen del Nazareno a la Catedral, donde se celebrase un novenario de acción de gracias como así se hizo. Con este mismo motivo el Cabildo Municipal, encargo se realizara una talla de Sta. María Magdalena, la cual acompañó al señor a su capilla en la Iglesia de Santa María, acordándose igualmente por ambos Cabildos, Municipal y Catedralicio, ofrecer una función anual a la Santa en su festividad como acción de gracias por la liberación del contagio.
Corría el año 1681, y según nos cuenta Raimundo de Lantery, mercader Saboyano afincado en nuestra Ciudad, en sus memorias un día publicara el erudito Gaditano Álvaro Picardo O´Leary, a lo largo del mes de julio una violenta epidemia de peste iba acabando con la población Gaditana, y en pocas palabras lo estaba diezmando. Tan grave era el peligro que la ciudad ya había sufrido a lo largo de su existencia a partir de la etapa renacentista, una serie de epidemias, y estas llegadas a la ciudad de la misma manera 1que había llegado la fortuna y la riqueza , es decir por la mar.
Pues bien, tan grave era esta vez la epidemia de peste, que tanto los Regidores como el propio Cabildo Municipal, pidieron a los Gaditanos impetraran al Altísimo el favor divino para parar el mal, la ciudad una vez mas acudió a su valedor Nuestro Padre Jesús Nazareno y he aquí siguiendo la relación del comerciante Saboyano-que tantas fueron las súplicas hechas al divino Nazareno, que en la noche del 21 al 22 de julio de ese mismo año de 1681, una religiosa del convento de la Pura y Limpia Concepción, Sor Isabel Garrido, estando como a la medianoche en la reja que cae hacia la capilla del Nazareno, en oración, vio con sus ojos como nuestro Padre Jesús Bajaba de su Camarín acompañado de la Magdalena, y mas tarde de esa misma noche, Felipe Acosta, el viejo, salinero de oficio, también lo pudo contemplar desde una ventana de su casa que cae a la calle de la Compañía, y desde allí siguió el Señor su camino, hasta llegar a las salas del hospital de Rey, a través de las cuales se paseó entre medio de los enfermos que lo pudieron contemplar acompañado de María Magdalena, y desde ese punto y hora la peste comenzó a remitir, desapareciendo totalmente al siguiente día de contagio, pidiendo constara fehaciente, el haber sido un milagro de Ntro. Padre Jesús Nazareno y la Santa Magdalena.
De este hecho se hicieron súplicas por parte de la ciudad al Obispo e igualmente se votó que se llevase la Imagen del Nazareno a la Catedral, donde se celebrase un novenario de acción de gracias como así se hizo. Con este mismo motivo el Cabildo Municipal, encargo se realizara una talla de Sta. María Magdalena, la cual acompañó al señor a su capilla en la Iglesia de Santa María, acordándose igualmente por ambos Cabildos, Municipal y Catedralicio, ofrecer una función anual a la Santa en su festividad como acción de gracias por la liberación del contagio.
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Es por ello y por la Fe que Cádiz le tiene a su Jesús Nazareno, o lo que es lo mismo a su Gitano, su “Greñúo”, el Regidor perpetuo de la ciudad. Rememorando aquel milagro, sus cofrades decidieron dar siete veces gracias a Cristo y su protectora María Magdalena.
Por lo que consideraron oportuno realizar una solemne procesión extraordinaria de alabanza. Pero previo a esta salida en el Convento de Santa María se celebró solemne triduo, colocando al señor en su paso en el altar mayor.
*Fotos extraidas del Foro Cofrade "Azul y plata"
Y salió Jesús Nazareno acompañado de la Banda de música Rota “Enrique Galán”, mientras que abriéndole paso a la cruz de Guía iba la Agrupación musical gaditana “Sagrada Cena”. La imagen fue trasladada por los hermanos de la Cofradía hacia la Iglesia castrense, lugar a donde se encontraba el antiguo hospital Real. El camino para ello fue el que según la historia religiosa hizo el Nazareno en el siglo XVII.
Y salió Jesús Nazareno acompañado de la Banda de música Rota “Enrique Galán”, mientras que abriéndole paso a la cruz de Guía iba la Agrupación musical gaditana “Sagrada Cena”. La imagen fue trasladada por los hermanos de la Cofradía hacia la Iglesia castrense, lugar a donde se encontraba el antiguo hospital Real. El camino para ello fue el que según la historia religiosa hizo el Nazareno en el siglo XVII.
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