Rosario, una ancianita encantadora que se encuentra junto al Padre me ha animado a escribir, sobre el hermoso, religioso y mariano día siete de Octubre, tan significativo para nosotros los gaditanos
Día siete de Octubre, festividad de la Virgen del Rosario, Patrona de Cádiz y Patrona de nuestras Hermandades y Cofradías.
Rosario que hoy tendría... ¡Cien años! y que hace sólo dos que nos dejó , sigue viendo en la puerta del Cielo a la Virgen en el día de su Santo, porque como ella decía... "La Virgen se llama igual que yo”…
Rosario, en el día de la Virgen a las siete y media de la mañana se encontraba a las puertas del Convento de Santo Domingo esperando que abriesen para coger sitio y estar junto a Ella toda la mañana, hasta la hora de almorzar en la que se marcharía para reponer fuerzas y verla en la Procesión por la tarde, este año ya no está con nosotros se encuentra a su lado, viviendo y compartiendo su compañía, así que entre ella y yo hemos escrito estas sentidas letras con lo que yo vi por la mañana y con lo que ella presencia desde su lugar de privilegio en ese balcón del cielo...
Mañana de Luz y de Amor, mañana de renovación del Voto de la ciudad, mañana de piadosa ofrenda donde sobresalen como ramos de nardos a los pies de la Virgen las miles de varas que días anteriores han ido depositando los niños y niñas de Cádiz, los hombres y mujeres del mañana.
Infinidad de ofrendas a las plantas de la Santísima Virgen del Rosario en formas de sencillez y humildad creando un ramillete de fe alrededor de la que es Madre de todos los gaditanos.
En el Convento Dominico, su Santuario, su casa durante todo el año, sin separación entre Ella y nosotros, sin distinciones, le cantan, le bailan y le rezan las entidades de la ciudad, dando vida y haciendo temblar las naves del Convento.
Fervores y oraciones musitadas ante la imagen más cercana de la Virgen acompañada de nosotros sus hijos que celebramos la Eucaristía desde las primeras horas, esperando que Ella, si quiere, saliese a la calle por la tarde como Reina, Señora y Madre.
Pero, me lo contó Rosario, llegó la hora y Ella así lo quiso, con el sol brillando al igual que brillaban los ojos de sus hijos y devotos, apareció en el cancel del Templo ¿cuándo será Basílica Madre?, a recoger un año más, las lágrimas de emoción, oraciones, cantos y salves marineras de este su Cádiz, su pueblo.
En el compás de Santo Domingo se oía un murmullo de satisfacción y asombro porque la Virgen sonreía apretando con fuerza sobre su pecho al niño entre sus brazos. A ese niño Jesús Titular de nuestras Hermandades y Cofradías en sus advocaciones de Pasión, Muerte y Resurrección, y que se presentaba ante Cádiz como amigo que confiesa al amigo sus sentimientos.
El niño de la Virgen, Jesús, que le hablaba a su gente en ese diálogo íntimo, personal apoderándose del corazón y haciendo callar sintiendo el silencio de Cádiz, del pueblo, de sus Hermandades y Cofradías, de sus cofrades, de sus cargadores que acompañaban a ambos en Procesión, una Procesión en la que por Amor y en el Amor se siente cercano y palpable su presencia.
La Virgen recorrió el itinerario previsto, se encontró con el Sol y con una tenue lluvia que la esperó porque Ella lo quiso unido a la devoción de Cádiz, con mas gente si cabe que ningún año y arropada y acompañada por su cofrades y devotos, y se recogió hasta el año que viene… Tan sólo un encargo de su parte me ha dicho Rosario... mi abuela... desde el Cielo : “Que me dice la Virgen, esperando que está para subir a su Camarín, que nos espera allí a todos durante todo el año y el año que viene en otra vez en la calle....”
Fdo. Juan Antonio Laluz Rodríguez
Día siete de Octubre, festividad de la Virgen del Rosario, Patrona de Cádiz y Patrona de nuestras Hermandades y Cofradías.
Rosario que hoy tendría... ¡Cien años! y que hace sólo dos que nos dejó , sigue viendo en la puerta del Cielo a la Virgen en el día de su Santo, porque como ella decía... "La Virgen se llama igual que yo”…
Rosario, en el día de la Virgen a las siete y media de la mañana se encontraba a las puertas del Convento de Santo Domingo esperando que abriesen para coger sitio y estar junto a Ella toda la mañana, hasta la hora de almorzar en la que se marcharía para reponer fuerzas y verla en la Procesión por la tarde, este año ya no está con nosotros se encuentra a su lado, viviendo y compartiendo su compañía, así que entre ella y yo hemos escrito estas sentidas letras con lo que yo vi por la mañana y con lo que ella presencia desde su lugar de privilegio en ese balcón del cielo...
Mañana de Luz y de Amor, mañana de renovación del Voto de la ciudad, mañana de piadosa ofrenda donde sobresalen como ramos de nardos a los pies de la Virgen las miles de varas que días anteriores han ido depositando los niños y niñas de Cádiz, los hombres y mujeres del mañana.
Infinidad de ofrendas a las plantas de la Santísima Virgen del Rosario en formas de sencillez y humildad creando un ramillete de fe alrededor de la que es Madre de todos los gaditanos.
En el Convento Dominico, su Santuario, su casa durante todo el año, sin separación entre Ella y nosotros, sin distinciones, le cantan, le bailan y le rezan las entidades de la ciudad, dando vida y haciendo temblar las naves del Convento.
Fervores y oraciones musitadas ante la imagen más cercana de la Virgen acompañada de nosotros sus hijos que celebramos la Eucaristía desde las primeras horas, esperando que Ella, si quiere, saliese a la calle por la tarde como Reina, Señora y Madre.
Pero, me lo contó Rosario, llegó la hora y Ella así lo quiso, con el sol brillando al igual que brillaban los ojos de sus hijos y devotos, apareció en el cancel del Templo ¿cuándo será Basílica Madre?, a recoger un año más, las lágrimas de emoción, oraciones, cantos y salves marineras de este su Cádiz, su pueblo.
En el compás de Santo Domingo se oía un murmullo de satisfacción y asombro porque la Virgen sonreía apretando con fuerza sobre su pecho al niño entre sus brazos. A ese niño Jesús Titular de nuestras Hermandades y Cofradías en sus advocaciones de Pasión, Muerte y Resurrección, y que se presentaba ante Cádiz como amigo que confiesa al amigo sus sentimientos.
El niño de la Virgen, Jesús, que le hablaba a su gente en ese diálogo íntimo, personal apoderándose del corazón y haciendo callar sintiendo el silencio de Cádiz, del pueblo, de sus Hermandades y Cofradías, de sus cofrades, de sus cargadores que acompañaban a ambos en Procesión, una Procesión en la que por Amor y en el Amor se siente cercano y palpable su presencia.
La Virgen recorrió el itinerario previsto, se encontró con el Sol y con una tenue lluvia que la esperó porque Ella lo quiso unido a la devoción de Cádiz, con mas gente si cabe que ningún año y arropada y acompañada por su cofrades y devotos, y se recogió hasta el año que viene… Tan sólo un encargo de su parte me ha dicho Rosario... mi abuela... desde el Cielo : “Que me dice la Virgen, esperando que está para subir a su Camarín, que nos espera allí a todos durante todo el año y el año que viene en otra vez en la calle....”
Fdo. Juan Antonio Laluz Rodríguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario