El sur es la calidez, el sur es la ternura, la piel morena, el sur es el inicio del hombre como hombre y es el inicio de Cádiz expandido a toda Europa. El sur no tiene mas fronteras que el frio invierno, el sur de Cádiz es Santa María madre de Dios, es la antigüedad de Cádiz y es a su vez su dolor.
El sur del Cádiz cofradiero, el mas auténtico tiene nombre de Jesús y Greñuo como apelativo cariñoso. Cuando Jesús, el que deja que Cádiz tenga regidor que lo sustituya terrenalmente, y en ese momento vuelve a coger el mando de la ciudad para salvar, dirigir y dirigirse a su pueblo como único Rey de los hombres. No hay mas cruces en la vida, no hay mas cruces en las muertes que la cruz de su hombro.
Jesús nunca podrá mirar detrás buscando la última lágrima que derraman su fervorosa y multitudinaria penitencia, siempre habrá otra lágrima antes de que vea la madre más dolorosa, la madre gitana, la madre María de los Dolores.
Intentando secar las lágrimas que deja tras su paso el Señor de Cádiz, no hay palio que lleve más a la gloria a su madre que el paso de palio de la reina de los Dolores de Santa María. Que magistralmente y con un mimo exquisito, le dará la mano cual soleá a todos los que miran al mismo cielo que esa mujer de Santa María, la de los Dolores. Dolores que calmará a los fervorosos gaditanos y gaditanas que lloran porque tras ella, queda otra tensa espera para que vuelva a bendecir con su presencia nuestra ciudad este Jesús, Jesús el más gitano, Jesús el más gaditano, Jesús el Nazareno, simplemente Jesús…
El sur del Cádiz cofradiero, el mas auténtico tiene nombre de Jesús y Greñuo como apelativo cariñoso. Cuando Jesús, el que deja que Cádiz tenga regidor que lo sustituya terrenalmente, y en ese momento vuelve a coger el mando de la ciudad para salvar, dirigir y dirigirse a su pueblo como único Rey de los hombres. No hay mas cruces en la vida, no hay mas cruces en las muertes que la cruz de su hombro.
Jesús nunca podrá mirar detrás buscando la última lágrima que derraman su fervorosa y multitudinaria penitencia, siempre habrá otra lágrima antes de que vea la madre más dolorosa, la madre gitana, la madre María de los Dolores.
Intentando secar las lágrimas que deja tras su paso el Señor de Cádiz, no hay palio que lleve más a la gloria a su madre que el paso de palio de la reina de los Dolores de Santa María. Que magistralmente y con un mimo exquisito, le dará la mano cual soleá a todos los que miran al mismo cielo que esa mujer de Santa María, la de los Dolores. Dolores que calmará a los fervorosos gaditanos y gaditanas que lloran porque tras ella, queda otra tensa espera para que vuelva a bendecir con su presencia nuestra ciudad este Jesús, Jesús el más gitano, Jesús el más gaditano, Jesús el Nazareno, simplemente Jesús…
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