El pasado lunes 29 de julio, se celebró las elecciones en el Consejo Local de Hermandades y Cofradías de Cádiz para elegir Presidente y demás.
El que se llevó el gato al agua fue el que parecía llevar a priori todas las papeletas para ello, esperemos que Martín José García sepa llevar en orden y dar a cada uno de sus compañeros su lugar, así como luchar solo en pos de las Cofradías y Hermandades.
El candidato que no ha contado con el apoyo, quedando descartado en las urnas ha sido Joaquín Seisdedos. Quizás creo que hacer un campaña que le llevara a la presidencia enmarcada principalmente en realizar unas procesiones magnas, no ha calado en el fondo de las Cofradías, y máxime cuando estas procesiones no son problemas a solucionar, son elementos extraordinarios, que vienen bien, que son muy bonitas, pero es eso, algo extraordinario.
No voy a dar mi enhorabuena pues no creo que ni él ni su grupo las quiera a José María Caro, pero si le voy a presentar mis respetos y reconocimiento. El no permitir que lo pisoteen, el no permitir que le impongan o le excluyan a uno de sus miembros, le honra y le caracteriza como buen cofrade, como persona y amigo. No le doy la enhorabuena pues creo que su renuncia ha sido determinada por una actuación dictatorial de la que nos viene acostumbrando la Iglesia.
Por eso la enhorabuena se la doy a la Iglesia, pues como si se tratara de un alzamiento político primero excluyó un determinado cofrade, y le salió también la jugada que por ello se quitó a quien pudo, si lo hubieran querido las Hermandades y Cofradías, ser el Presidente de todos los cofrades gaditanos.
“A la pa de Dió”
El que se llevó el gato al agua fue el que parecía llevar a priori todas las papeletas para ello, esperemos que Martín José García sepa llevar en orden y dar a cada uno de sus compañeros su lugar, así como luchar solo en pos de las Cofradías y Hermandades.
El candidato que no ha contado con el apoyo, quedando descartado en las urnas ha sido Joaquín Seisdedos. Quizás creo que hacer un campaña que le llevara a la presidencia enmarcada principalmente en realizar unas procesiones magnas, no ha calado en el fondo de las Cofradías, y máxime cuando estas procesiones no son problemas a solucionar, son elementos extraordinarios, que vienen bien, que son muy bonitas, pero es eso, algo extraordinario.
No voy a dar mi enhorabuena pues no creo que ni él ni su grupo las quiera a José María Caro, pero si le voy a presentar mis respetos y reconocimiento. El no permitir que lo pisoteen, el no permitir que le impongan o le excluyan a uno de sus miembros, le honra y le caracteriza como buen cofrade, como persona y amigo. No le doy la enhorabuena pues creo que su renuncia ha sido determinada por una actuación dictatorial de la que nos viene acostumbrando la Iglesia.
Por eso la enhorabuena se la doy a la Iglesia, pues como si se tratara de un alzamiento político primero excluyó un determinado cofrade, y le salió también la jugada que por ello se quitó a quien pudo, si lo hubieran querido las Hermandades y Cofradías, ser el Presidente de todos los cofrades gaditanos.
“A la pa de Dió”
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